domingo, 7 de febrero de 2010

Tristeza.

Me lloran los dedos cuando hablo de ti. No es aflicción emergente; no es la culpa invicta de ya no ser dos. Es simple, es claro, es eterno. Me lloran los dedos, me llora el aliento, me sangra la voz cuando hablo de ti. Será el verano en soledad, serán tus tardes lejanas, será el hecho de extrañar cuando ya no se está. Será el murmullo, el tú y yo que ya se marchitó.

6 consideraron:

Javiera Menay C. dijo...

Quizá sea el horror de acostumbrarse a estar triste.

Anónimo dijo...

Es muy triste eso que escribes, a veces suele suceder, he rondados esos bares por mucho tiempo, pero hay salida, siempre. Sólo hay que tener fé y dejarse llevar.

Pasaba a saludar a quien creo un/a viejo/a conocido/a. Eres tu Magic?

Lovely Lulu dijo...

pufff! la tristeza de tener q olvidar a alguien siempre duele hasta el alma...

paso a saludar!

te dejo mi blog:

http://pasaportecorazon.blogspot.com

BaRahona dijo...

Lo peor es convivir con ese sentimiento. Cuando es pasajero se tiene que aceptar simplemente, como un proceso biológico o como el mal clima.

gabriel dijo...

espero que remontes..la tristeza es productiva y la neurosis tambien...pero es un precio muy caro...
abrazo grande

gabriel dijo...

queremos màs publicaciones!

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