domingo, 7 de febrero de 2010
Tristeza.
Me lloran los dedos cuando hablo de ti. No es aflicción emergente; no es la culpa invicta de ya no ser dos. Es simple, es claro, es eterno. Me lloran los dedos, me llora el aliento, me sangra la voz cuando hablo de ti. Será el verano en soledad, serán tus tardes lejanas, será el hecho de extrañar cuando ya no se está. Será el murmullo, el tú y yo que ya se marchitó.
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6 consideraron:
Quizá sea el horror de acostumbrarse a estar triste.
Es muy triste eso que escribes, a veces suele suceder, he rondados esos bares por mucho tiempo, pero hay salida, siempre. Sólo hay que tener fé y dejarse llevar.
Pasaba a saludar a quien creo un/a viejo/a conocido/a. Eres tu Magic?
pufff! la tristeza de tener q olvidar a alguien siempre duele hasta el alma...
paso a saludar!
te dejo mi blog:
http://pasaportecorazon.blogspot.com
Lo peor es convivir con ese sentimiento. Cuando es pasajero se tiene que aceptar simplemente, como un proceso biológico o como el mal clima.
espero que remontes..la tristeza es productiva y la neurosis tambien...pero es un precio muy caro...
abrazo grande
queremos màs publicaciones!
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