Te odio tanto como me lo permite este corazón de madera estrecha y amortajada; porque no quiero sentir otra cosa, ya se pasó la época y ahora sólo queda un silencio que me acecha. Te odio aunque no pueda, aunque un malogrado amor se escabulla por mis poros; a pesar de que hoy amaneció igual que ayer, y los días carezcan de sentido. Estrellándome contra mis temores, me tiemblan los dedos y me niego a escribirte, se me incendian los labios y no quiero nombrarte.Te odio tanto como me lo permite el cuerpo, porque hoy aposté menos y tengo miedo. Porque creí el corazón hueco y me obligaste a renacer.





